miércoles, 12 de febrero de 2020

Lección 3: La gestión del aula de ELE en entornos presenciales

Cuando eres docente, no basta con pasar tardes enteras preparando actividades y buscando la metodología apropiada... No basta el cómo, sino que también importa el cuándo y el dónde...

Importa la gestión del tiempo: ¿he programado la duración de las actividades?,  ¿qué hago con los alumnos que terminan antes?,  ¿en qué momento del día conviene trabajar según qué contenidos?, ¿existe puntualidad en el comienzo de las clases?...

El tiempo, por desgracia, nos asfixia dentro del aula. Es conveniente flexibilizar los tiempos y adaptarnos a las necesidades y al ritmo de aprendizaje de nuestros alumnos... La educación existe por y para ellos y la editorial de nuestro libro de texto no nos va a felicitar por terminarlo a tiempo... 

Necesitamos marcar tiempos de habla del profesor, tiempos de habla del alumno, tiempos de diálogo, de feedback, tiempos de preguntas, tiempos de silencio... Marcar rutinas de este tipo favorece la armonía en el grupo y el trabajo cooperativo. 

Importa la gestión del espacio: ¿tengo en cuenta la proxémica y la quinésica? Por si fuera poco, también hay que pensar en estos dos conceptos... Por suerte, las clases de ELE suelen presentar un grupo de alumnos reducido con lo que nos deja margen para gestionar la proxémica de nuestro alumnado y de mí misma respecto a ellos. Porque intentar encontrar la proxemia perfecta en una clase de 33 alumnos (como la mía) es complicado...  :) 

Por supuesto, mi actitud siempre será determinante en la respuesta que pretendo generar en mi alumnado. Me refiero al cómo me dirija a ellos, mis movimientos acompañados de gestos, miradas, expresiones... A veces se nos olvida del poder que tienen nuestras palabras y gestos y de sus repercusiones en nuestros alumnos, sobre todo, cuando se trata de niños. 

Importa  la organización del espacio: sí señor, también tenemos que organizar la clase cual diseñador de interiores. Si entra un día el inspector por la puerta, lo primero que te preguntará será: ¿no dispone su aula de rincones de trabajo específicos? En mi aula del cole hay espacio para la biblioteca y gracias... 

Pero en un aula de ELE, las opciones se multiplican. :)  Distribuir el aula por zonas o rincones es una excelente estrategia metodológica, así como atribuir roles de mantenimiento al alumnado: zona de lectura, zona de proyectos, zona de trabajo en grupo, zona de sugerencias, zona de materiales... El orden y la distinción de espacios fomentan, entre otros aspectos, el trabajo autónomo de los alumnos que facilita enormemente la labor del docente. 

En definitiva, si contamos con un grupo reducido y unas dimensiones de aula decentes, podremos diseñar y gestionar el aula de nuestros sueños. Mientras tanto, y teniendo en cuenta todos los elementos anteriores, hagamos todo lo posible por gestionar el tiempo y espacio que nos ha tocado, siempre en pro de nuestro alumnado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparto una imagen

Y por aquí mi última actividad opcional... Esta fotografía la tomó mi padre hace algunos años. No sé en qué estaría pensando, si es que n...