miércoles, 5 de febrero de 2020

Lección 2: El papel del alumno y del profesor en el aula de ELE

Ya sea en una aula de ELE o de otro tipo de enseñanza, la importancia de ambos papeles ha de ser equilibrada. No hay alumno sin profesor ni profesor sin alumno, con lo cual, para mí son roles igual de valiosos. Dicho así queda muy bonito, pero es lo que pienso.

Es evidente que el profesor ha de guardar una distancia desde donde se haga respetar pero, por experiencia, he descubierto que cuanto más escucho a mis alumnos, más me intereso por sus historias y más cariño les doy, más se alegran cuando me ven entrar por la puerta y más ganas tienen de trabajar conmigo y, aunque la actividad les parezca un rollo, siento que me respetan. Bueno, ¡siempre hay excepciones! La clase perfecta no existe...

Las clases deben estar enfocadas por y para ellos, ellos deben de ser los protagonistas siempre. Como comenté en algún foro, para conseguir que en la clase se respire armonía, que sean capaces de trabajar en equipo (y de forma autónoma) es necesario trabajar previamente en las rutinas y en la resolución autónoma de conflictos y búsqueda alternativa de soluciones a problemas. La clave es conseguir que el alumno sea lo más autónomo posible y que esté motivado. Si el alumno te necesita constantemente, ni trabaja de forma activa, ni es protagonista de su proceso de enseñanza - aprendizaje ni está aprendiendo absolutamente nada.
Por ejemplo, cuando un niño está aprendiendo a leer y tiene dificultad para realizar sencillos dictados, en lugar de aclararle cada duda que le surja, podemos pegarle en su mesa una tabla silábica por colores y (si es necesario) con dibujos o pictogramas de cada letra y sonido. De manera que él o ella busque por sí mismo de qué letra o sílaba se trata. Al principio necesitará nuestra ayuda pero, con el tiempo, se volverá autónomo y aprenderá a encontrar por sí mismo la solución con la posterior revisión del docente (lógicamente).

Para mí el papel del profesor no se centra únicamente en transmitir conocimientos, sino en ofrecerles recursos y estrategias para que empleen esos conocimientos de forma autónoma y crítica. Se trata de proporcionarles herramientas que favorezcan el trabajo en equipo y la iniciativa personal. Algo que funciona muy bien, es la asignación de roles en el aula (por equipos y de forma individual). Esta estrategia les encanta, fomenta la autonomía y la propia autoestima porque se sienten valiosos, sienten que forman parte de un todo y que son imprescindibles.

Pero todo esto, precisa un duro trabajo previo por parte del docente. A veces, los resultados solo se ven en un tercer trimestre... pero... ¡vale la pena!






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